«Tertulia Silencio » . Tema abordado Jesús de Nazareth, celebrada en una de las salas del Monasterio de San Bernardo, de Granada el 23 de Diciembre de 2022.
Agradezco sinceramente su presencia hoy, en estas fechas tan cercanas y al mismo tiempo añoradas por mi, dada la ausencia obligada de mis más queridos seres. También debo agradecer, como no podía ser de otra manera, a mi amigo Gerardo, su insistencia en que abriera esta tertulia, pese a conocerme y saber que no soy practicante religioso.
El viernes de la semana pasada tuve la gran suerte de asistir en el auditorio ‘Manuel de Falla» de Granada, a la interpretación por la orquesta y coro ‘Ciudad de Granada’ del Oratorio «El Mesias» del compositor inglés Georg Friedrich Haendel.
La atmósfera de paz y tranquilidad que me envolvió durante tres horas de audición,mi hizo rememorar mi infancia, siempre presidida por Jesús.
Tuve una gran suerte con mis padres. Me educaron en el seno cristiano. Me inculcaron la presencia de Jesús. Cada noche, antes de meterme en la cama le agradecía y pedía mantuviera a mi familia sanos y felices. Era la constante junto con sus recomendaciones de no hacer mal a nadie.
Acompañé a mis padres y hermano durante años a la santa misa los domingos y fiestas. Seguí las normas, y bajo las oportunas bendiciones, fui bautizado. Continué con la primera comunicón, confirmación y por supuesto,con las oraciones que fundamentalmente mi madre me enseñó. Besé las manos de los sacerdotes, de obligado cumplimiento. Recibía cada domingo la comunión tras confesar previamente. Todas y cada una de mis acciones estaban presididas por Jesús, el hijo de Dios.
Avancé hasta cumplir catorce años y fue el momento en que mis padres me dijeron: Hasta hoy hemos cumplido las normas y obligaciones que debíamos como cristianos, a partir de este momento serás tú quien decidas sobre la conveniencia o no de seguirlas.
¿Por qué? pregunté. Quise saber las razones y me respondieron: Formulas preguntas y planteas cuestiones y dudas, que nosotros no podemos responderte. Deberás reflexionar y preguntar a personas mejor preparadas que nosotros en ese aspecto.
Lo hice, visité a mi profesor de latín y religión. Sin embargo, sus respuestas no eran convincentes, se sujetaban en un elemento dificil de comprender en mi poca experiencia, dada mi edad.
Busqué en librerías y bibliotecas libros que me condujeran a entender la existencia de Jesús, considerado como hijo de Dios, dentro de la llamada Trinidad. Los pocos que conseguí leer abundaban en las mismas apreciaciones escuchadas a mi profesor, con similares explicaciones.
Un año tuve la gran suerte de conocer a un hombre ajeno a la religión cristiana. Fue vital para despejar mis preocupaciones. Era doctor en Medicina, Psicólogo y Psiquiatra. Se ocupó de responder las cuestiones que le presente. Por fin alguién supo darme algunas explicaciones para intentar aclarar mis dudas.
Fue un estupendo amigo. Sus relatos eran breves, llenos de sabidauría y detallado conocimiento, capaz de transmitir tranquilidad, fervor y sosiego para mi futuro. Me abrió nuevos horizontes.
Con ellos fui capaz de entender a quienes dicen conocer los deseos de Dios y de su hijo Jesus de Nazareth. Los miedos y temores escuchados acababan con frase similares a: Dios lo quiere así, si el resultado era negativo.
A partir de sus conocimientos, pude comparar ciertos aspectos de la fe cristiana, motivo de mis dudas y preguntas. Una de ellas, la comunión: El cuerpo y sangre de Cristo. Él me comentó el significado de Teofágia, práctica de comer el cuerpo de un Dios, impuesto en la regligión mitraista mantenida en el Imperio Romano desde el siglo I al V de nuestra era, hasta que el emperador Constantino reemplazó el Mitraismo por el Cristianismo.
Descubrí que mi comunión tuvo antecedentes paganos, una sustitución cristiana del mitraismo presentada como el sacrificio de Jesús de Nazareth.
El cúmulo de información que recibía a través de los relatos de mi amigo el doctor, sacudían mi interior, aún juvenil, con dudas y nuevas cuestiones planteadas.
También comprendí el significado de Enotismo.Nueva adaptación de costumbres anteriores al cristianismo y asumidas por este. Basándose en ellos, los representantes de la fe cristiana asumieron y absorvieron el paganismo romano. Reemplazaron el panteón de Dioses por santos cristianos para situarlos a cargo de alguna característica convertirlos en patronos de ciudades.
Parto de la premisa, como no podía ser de otra manera, de mi profundo respeto por las creencias de quienes me escuchan, por mi constante peregrinar en busca de respuesta a mis dudas. Intento conocer de mi amor sincero por Jesús en mis primeros años. Retrotraerme a los principios de las religiones que se apoyaron en otras para adaptarlas a las necesidades de sus inicios e interpretar las manifestaciones de Dios para trasladarlas a sus seguidores. Llegué a pensar y hoy lo mantengo, que para el ser humano nunca fue bueno supeditarse a las filosofías religiosas, por su adocenamiento y limitación de su libre albedrío, y desde luego, a su educación para temer a Dios. De niño y de joven pensé lo opuesto: Alegría, sinceridad, felicidad.
¿Cuando rezaba y clamaba de niño a Jesús y cuanto escuché entonces, era mentira? Mi respuesta es: Todo no, aunque en parte es incierto. En mi humilde opinión, es una construcción de antecedentes paganos adaptados y manipulados por quienes dicen interpretar a Jesús.
Nada ni nadie eliminará los recuerdos de mi niñez. Fui feliz rezando, encomendándome a Jesús, rogándole por mi familia, mis amigos y resto de la humanidad para que nada negativo les sucediera. Desde entonces Él me hizo buena persona.
Hoy, en cuestiones intelectuales sigo mi razón tan lejos como pueda llevarme. No pretendo que mis conclusiones sean ciertas.
Mañana celebraremos el gran nacimiento de Jesús. Las gentes se prepararán para loar la creencia de que nos conducirá a la Paz.
Gracias por escucharme estos minutos. Les pido disculpas por atreverme a ponerles esta grabación. Un himno de alabanza al Jesús de mi niñez (Aleluya de Haendel)
Feliz Navidad a Todos.
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