… POR LAS QUE LOS CIUDADANOS ESPAÑOLES NO SON CONCILIADORES, NI LOGRAN CONSENSOS. Parte 1
Que estemos aún en verano, a unos pasos de que entre el otoño, y con él unas inmensas ganas de iniciar las compras de turrón, langostinos y cordero, al tiempo que las grandes superficies y almacenes, nos inunden con canciones navideñas, y las cadenas de televisión comiencen con los anuncios de perfumes, lotería y fórmulas para regalar, porque es tiempo de regalar, de consumir, de ser felices, de que se yo cuantos sentimientos escondidos durante el año; no es suficiente razón para que llevemos en este país tantos meses sin gobierno.
En efecto, estamos sin gobierno. Dicen algunos maledicentes, que la dualidad de partidos en el poder, como ha ocurrido desde que inauguramos el sistema democrático, se ha desmoronado. Desde las penúltimas y ultimas elecciones generales, tenemos cuatro partidos políticos preponderantes en el Estado. Es decir, lo mismo, exactamente igual. Dos partidos de derechas y dos de izquierda. En realidad se han desmarcado y ocupado espacios antes inexistentes. Derecha, Centro Derecha, Centro Izquierda, e Izquierda.
Nada nuevo voy a descubrir. De todos o de la gran mayoría que no permiten que los adoctrinen y adocenen con cantos de sirenas, temores y otras maldades, conocen a la perfección la inexistencia de acuerdos para formar un gobierno, que como los anteriores, este y aquel, dejen inmersos a la gran mayoría de los ciudadanos en una situación tan extenuante como inoperante.
Por mi parte, he intentado entender la sinrazón y la razón de unos y otros, y claro, he llegado a una única conclusión. Los nacidos en este País, Estado, conglomerado de comunidades, pueblos y estaciones de ferrocarril cerradas, (en alguna pasa el Ave a mas de diez kilómetros del núcleo, por ejemplo Guadalajara),son, en realidad somos, unos perfectos individualistas.
Me explicaré. Eché mano de la historia y en ella me voy a basar para este artículo.
Daré pasos muy largos, pues no es cuestión de contar aquí, toda la historia de este país llamado España.
Prehistoria aparte. Íberos, primeros pobladores de la península, fruto de la evolución de primitivas culturas prehistóricas de procedencia libio-africana, es decir, mezcla de individuos de distintas procedencias y culturas.
No hay todavía una única conciencia, es algo parecido a un cocktail cultural.
Los íberos dan paso a un pueblo llamado Celta, constituido por tribus pastoriles y guerreras. Proceden de Centroeuropa, ocupan y se asientan en Cataluña, el valle del Ebro, Cantabria, Asturias y Galicia. Más tarde lo harían hacia Portugal,Levante y Andalucía. Se funden o mezclan con los íberos, creando algo así como un café con leche, los Celtíberos.
Tampoco ha nacido todavía la conciencia única. Son tantas las tribus que no consiguen ponerse de acuerdo para luchar contra los invasores que van apareciendo siglo si, siglo no.
En estas disquisiciones se encuentran cuando los fenicios aparecen por las costas para comerciar con los celtíberos, a quienes les enseñan actividades tales como la agricultura, el pastoreo y la pesca. Les enseñan a comerciar, a encontrar minerales de importancia vital para lo que está por aparecer. Así aquellos fenicios se llevan la plata a otros pueblos y tribus. Ademas de estaño, oro y cobre, que dan a conocer al resto de pueblos emergentes en el Mediterráneo (No, no es el que canta Joan Manel Serrat).
Continúan con la conciencia dispersa.
Entre dimes y diretes y la pujanza del pueblo griego que lucha con los fenicios por dominar la cuenca, dejan espacio a la expansión de otros pueblos, el cartaginés y el romano.
Griegos y Cartagineses en enzarzan en luchas, fundas ciudades y los celtíberos ven impasibles como unos y otros esquilman y asumen el control de sus tierras.
Sus luchas contra ambos son tan exiguas que muchos celtíberos se unen a las huestes cartaginesas antes que luchar por y para los suyos.
Mientras, Roma que no está dormida, aprovecha la debilidad de ambos, cartagineses y celtíberos, para apropiarse de Hispania. Expulsa a los primeros y convierte en romanos de tercera clase a los pocos celtas que restan vivos o anexionados.
Aún quedan algunos celtíberos con reaños. Las tribus apartadas, sin control ni líder único, se rebelan contra Roma, Cántabros y Astures, que son derrotados y ven como sus tierras son convertidas en provincias romanas. Dos imperiales Lusitania y Tarraconensis y una Senatorial, Bética. Los celtíberos desaparecen. Solo queda algún reducto sin importancia. Se da el caso de las luchas de Viriato en un absurdo intento de unir todos los pueblos y tribus. Aunque logra causar alguna derrota al invasor romano, sucede lo causal. El imperio gana la batalla final.
Seguirá, pues esto no queda así.
© Anxo do Rego.
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