Al comisario Noalejo le faltan dos semanas para jubilarse. Mantiene un caso sin resolver. El inspector Sanz detuvo a un sospechoso que se niega a responder. Guarda silencio en cada interrogatorio.
Noalejo cansado, cambia de inspector para intentar sonsacarle. Tras una semana sigue sin responder. De nuevo otro intento con el último de sus inspectores de homicidios. Tampoco averigua datos que aclaren la muerte violenta de la joven presentadora de una emisora de televisión.
Quedan solo dos días para su jubilación y de no resolverlo la paralizará. Nunca dejó una investigación sin acabar. Toma una decisión.
Entra en la habitación. El detenido permanece sentado frente a una mesa. Noalejo lo hace al lado opuesto.
—¿Por qué mató a esa mujer? va a responderme de lo contrario.
—De lo contrario ¿qué?
—¿Mató a esa mujer?
—¿Usted qué cree?
El sonido del disparo retumba. Varios agentes acuden a la sala. La pistola humea mientras el comisario Noalejo responde.
—Creo que sí.
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